Tuesday, September 27, 2005

La elegida

Hoy en la mañana, llegó mi jefe hasta mi escritorio, se sentó frente a mí y disparó:

- Pepinot, tenemos que hablar. Tengo noticias. Buenas noticias.

Chuuuuu..., casi me infarto con las dos primeras frases a esas horas de la mañana - todos mis colegas saben que, salvo contadas excepciones, yo no existo para ningún ser humano antes de las 11 am, aunque mi cuerpo esté presente desde las 8:30 -. Por suerte Charlie - no el de los Ángeles de idem; mis colegas bautizaron a mi jefe como Charlie Brown años atrás - habla rápido, y al escuchar la tercera frase, me relajé.

- Ayer hablé con Tommy y no puede ir a la feria, tampoco alguien del directorio de VDC ..., por lo que decidimos que tú fueras en representación de ellos.

Plop.

Recapitulemos.
La "feria" es en NYC - New York City.
Sip. USA.
Es una movida estratégica que yo gestioné magistralmente - sip, es bueno reconocer cuando uno hace algo bien, y es mejor reconocer cuando se hizo algo extremadamente bien, tal es este caso, humirdemente - hace como dos meses atrás.
Fue un trabajo de joyería de mi parte, debo reconocerlo. Utilizando algunos contactos míos, fijé algunas reuniones con entidades clave, y finalmente negocié llevar a VDC, a través de nuestro Programa, a una de las más importantes Ferias de Wine&Food de USA. En premio a mi gestión, Charlie Brown me designó a mí como la representante de nuestro Programa que asistiría al magno evento.

PERO, como el evento es tan tremendamente importante y top, Grandísimo - jefe de mi jefe y de todo el engranaje que nos da de comer - decidió que él quería ir como representante del Programa. Y yo quedé fuera hasta nuevo aviso.
Cosas del fútbol.
Igual no me había alcanzado a creer el cuento. Too good to be true.

Porque Charlie, junto con informarme, en un principio, que yo sería la elegida, me había hecho una concesión - completamente de corazón y sin que yo le tirara siquiera algún palo - que me había dejado en estado de shock...

- Bueno, Pepinot... como no pudiste tomarte la semana de vacaciones que querías en California luego de la Misión con el grupo - de buena fe, él me dijo primero que no se podía cambiar la fecha de regreso, y luego a última hora nos enteramos que sí se podía -, si quieres, ahora puedes tomarte una semana de vacaciones después de la feria, y pedimos los pasajes con la fecha de regreso y con escala donde tú quieras... y puedes pasar a ver a tus amigos gringos... claro, si tú quieres... tú sabes, así son las cosas del destino...

ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhh...

Charlie sabe, con cierto grado de detalle, de la existencia de Walter.
Aún así, nunca creí a Charlie Brown capaz de tamaño gesto de generosidad. La verdad es él mismo dijo que ni él mismo se creía lo bueno que andaba, pero que estaba super conforme y feliz con mi trabajo de este año, que creía que realmente estábamos logrando todos los objetivos y mucho más, y me felicitó por ello. O sea, fue como un premio.
Yo aún no era capaz de replicar una sílaba.

Y luego Grandísimo me pincha el globo.
Y luego Tommy avisa que no podrán ir, y que él quiere que YO a represente a VDC ...
Y Charlie me lo anuncia hoy a quemarropa.

Bueno, con mi optimismo realista habitual, no creeré que voy hasta que esté subiendo al avión. Antes que eso suceda, cualquier cosa es posible.

Era una posibilidad que nunca quise considerar, pero resultó.
No la quería considerar porque me ha penado horriblemente una conversa que no fue, que quedó pendiente con Walter, y que tiene que ser sí o sí antes de pensar en nada más, cuya única oportunidad de realizarse era si me salía este viaje.
Y si no había una oportunidad de tenerla frente a frente, habría sido a través de un e-mail todo charcha y cebollero, que seguramente habría sido totalmente inspirado en algún chick flick de la Meg Ryan.

Y hoy en la tarde me llama Walter. Y le conté.
Quería ir a verme a NYC y que fuéramos a Washington - el concepto de flexibilidad laboral gringo me tiene abismada -, para que yo conociera la capi de la primera potencia mundial.
Pero yo tenía otra idea en mente: REAL TIME. O sea, tiempo-real-de-calidad juntos, en Atlanta, no vacaciones ni hoteles ni paseos como casi siempre. Yo jugando a la casita otra vez.
Y parece que hasta coincidiré con la mother-in-law. Qué tal.

Extrañamente, estoy tranquila. No hay ansiedad, SE a lo que voy.
Y no puedo dejar de pensar que todo pasa - o no pasa - por algo, aunque no tengamos ni la más mínima idea de qué será ese

ALGO

Saturday, September 24, 2005

Fitness

Anoche, durante mi maratón televisiva - Gatas&Tuercas+EL CLON+Miss Congeniality -, quedé absolutamente estupefacta con el bombardeo de comerciales sobre "la semana de la belleza", "salud y spa", jugos de fruta, cereales dietéticos, vida sana, etc, etc, etc, con que los magos del marketing y del consumismo nos han empezado a atacar en estos días post-excesos-dieciocheros-llegada de la primavera-menos ropa-anuncio de verano.
Debo reconocer que quizá el tema me tocó mucho antes debido a una conversa sostenida con Fa el pasado martes, mientras nos tomábamos unos copetes y nos poníamos al día - yo le contaba de mi viaje a USA y ella me contaba sobre ese amor interminable por un tipo con el que no tiene futuro.
Y sacamos por conclusión que el tiempo de verse regias y lucir la facha era ahora - década de los 30 -, si no, cuándo?
Cuando tengamos pasado 40 y todos te molesten con lo de vieja lola, te pregunten que para cuándo el lifting, que qué tal la lipo, etc, etc, etc???
Yo, la verdad, preciosa no soy, nunca he tenido el tremendo forro, ni he sentido la necesidad de andar luciendo presas para llamar la atención de nadie. Adefesio no soy - el que quiera rebatirme, siétase libre, please - y hace rato que asumí que la fortaleza de "mi encanto" va por otro lado. Y no me puedo quejar, mal no me ha ido. Y me gusta que sea así, me gusta las personas que filtro bajo esa premisa.
Pero luego de un balance bastante simple - las cosas sobre las cuales tengo control en mi vida -, me di cuenta que mi cuerpo es sobre casi lo único que tengo completo dominio - me refiero al 99% de las veces, mis cómplices bloggers saben lo que pasa con el 1% restante -.
Luego, como siempre me quejo del poco control que siento que tengo sobre la mayoría de los aspectos de mi vida, razoné: "bueno, y si nos aplicamos con el fitness, para variar un poquito, y de paso, vemos si quedamos mina (con todas las ventajas que ello supuestamente acarrea)???
No me pareció tan mala idea. Aunque odio al Gym con pasión - fome, latero, repetitivo -, ya coticé uno tres veces a la semana: aerobox/step+máquinas+plan de acondicionamiento físico= $15.000. Ja. Sí, chicos, esas son algunas de las pocas ventajas de vivir en provincia.
Nada de yoga ni pilates ni reiki, como el año pasado. Vamos, que la cosa no es relajo, sino RE-DU-CIR.
Y ya tengo en mente algunas alternativas nutricionales que me ayudarían a modelar la figurita, quitando esos kilos poco estéticos que evitan que sea la próxima top model.
Y ya he comenzado a afinar el ojo con cremas, geles, exfoliantes, tonificantes, hidratantes, etc.
No es que yo sea una dejada de la mano de Dios, pero, en comparación a mi entorno, creo que me estoy quedando un poco atrás en cuanto al cuidado del físico. Y me he dado cuenta que ES atractivo para los hombres ver que una mujer se preocupa de su aspecto.
Veremos qué pasa en los próximos dos meses.
La única lata que me da es que, obviamente también hay una motivación masculina detrás. Y me da lata pensar que, si me convierto en top model, es muy probable que logre mi objetivo.
Y... ¿de verdad quiero a alguien a mi lado que haya atraido con tales artes???
Tengo algunos prejuicios al respecto, pero la verdad es que hay que reconocer dos cosas:

- A TODOS nos atrae la belleza. Yo incluida. Es una bastante grata puerta de entrada al descubrimiento de otros encantos.
- Cuando nos sentimos bellos, ACTUAMOS diferente. Irradiamos otras cosas, vamos más seguros y confiados por la vida, por lo que tiene sentido que tal vez cambie la reacción de nuestro entorno hacia nosotros. En un sentido positivo idealmente.

Pero, la verdad, hay otra cosa que me motiva. Una frivolidad, obviamente - ya dije que es mi tema por estos días -: las pilchas. Me han bajado unas ganas de comprarme unas preciosidaes, pero ya caché que obviamente requieren de una buena percha. Y estoy dispuesta a darme el lujo PARA MÍ MISMA.
La otra motivación es la salud. Ya he tenido algunas alertas este año y veo la importancia de preocuparnos de nuestro cuerpo para que no nos pase la cuenta más tarde.

Y, at least but not less, el cuerpo es el templo del espíritu.
Y creo que el mío se merece un templo ad-hoc.
EL LUNES EMPIEZO... (qué frase más famosa)
He dicho.

(Veremos hasta dónde llegan las buenas intenciones. jejejejeje)

Thursday, September 22, 2005

Nada

La pega está fome. Debo decir que esta semana no he sido un ejemplo de productividad precisamente. Ando con algunas cosas en la cabeza que me tienen más volátil que de costumbre. Y con una sensación de flojera generalizada que se ha instalado en mi cuerpo desde que regresé del sure.
Cómo será la flojera que ya ando planeando mis próximas vacaciones...
Hace rato que no veo ni las noticias - prefiero leer el diario por Internet o los noticieros hiper-resumidos y desordenados a eso de las 7:20 am.

Hace rato que no veo una buena película.
Hace rato que no leo un buen libro.
Habrá que cuidarse, la atrofia mental empieza a cercarme.

Me gustó esto del ejercicio del fin de semana dieciochero, creo que me animaré e iniciaré una rutina más metódica. OK, debo reconocer que además hay otra (s) motivacion (es) para ponerse deportina.
El clima está cambiando, lo siento en el aire.
Por acá por la zona central, hace una semana hubo unas tremendas heladas que dañaron bastante la producción para la próxima temporada, pero a mí lo único que me preocupan son frivolidades.
Ah, y también me preocupa el tercer huracán de la temporada que está por azotar las costa de USA. Más encima Texas, para que suba la bencina otro poquito...

Esta calma, esta indolencia de mi parte, es rara.
Algo se viene.
Lo se.

Monday, September 19, 2005

18

- Espera... estamos corriendo un riesgo...
- Bueno, asumiremos las responsabilidades que vengan.

No podría - aunque quisiera - explicar el contexto de estas frases.
Además, bien pueden ser parte de un sueño. Así como el contexto mismo desde donde surgieron.



Tuve un buen fin de semana dieciochero, aunque de dieciochero no haya tenido nada más que la bandera chilena en el mástil improvisado de la terraza de la cabaña que arrendamos con un grupo de amigos - Jess, Andy, Baby y resto de la tropa - en las Termas de Chillán. El mismo grupo con que partimos a esquiar el año pasado en idéntica fecha a idéntico destino.

Allá me fui a ventilar mis huesos, mi mente y todos mis rollos mentales, no sin antes haber tenido una semana de thriller debido a una discusión TREMENDA con mi viejo a mi regreso de USA. De esas que no teníamos hacía años. Con frasecitas tipo "bueno, entonces me voy de la casa" y todo el show.
Por suerte, aún tengo la capacidad de revertir el curso de esas discusiones desastrosas con mi padre, haciéndole entender que, no por el hecho de haber yo cometido un error - me mandé un numerito de lujo que no vale la pena mencionar -, eso invalida mi comportamiento más que aceptable como hija la mayor parte del tiempo. Recordarle que hago un esfuerzo BASTANTE REAL como persona por tratar de superarme cada día, en todos los planos.
Es que él es bien sentimental y cuando peleamos saca TODOS nuestros errores pasados a colación, magnifica situaciones objetivamente mínimas e inventa/tergiversa hechos que no tienen nada que ver con lo que originó la pelea. Pero bue. Al final, el asunto desembocó en una pelea/discusión de proporciones familiares, donde - por suerte - aparecieron aliados en el camino que le hicieron ver que a veces también es super difícil ser hijo (a) suyo (a), que él exige el 1000% y que es muy duro ante nuestros errores, minimizando los propios y con un pésimo nivel de autocrítica como padre.

Ya lo dije, estuvo dura la cosa.
Lo peor es que después de tamaños dramones, yo quedo mal. Bien mal. Siento rabia con él porque siento que manipula el amor inmenso que le tenemos, para - de alguna forma - hacernos sentir culpables cuando no damos con la talla de hijos que él quiere/necesita/espera.
Siento que no es justo, eso es todo.

Pero por suerte la cosa se me fue pasando y pude partir el viernes rumbo a Chillán con mi conciencia filial pesando algunas toneladas menos.

O sea, pudimos partir. Porque no fui sola.

Porque, hace dos meses atrás, cuando partió la idea de este viaje, decidí invitar a A a que fuera con nosotros. Bueno, OK, conmigo.

Yo calculaba que luego del accidente que tuvo en moto, la operación, etc, ya tendría ganas de salir un rato a reincorporarse a la vida con un paseo como éste, y de paso, podríamos ponernos al día con nuestras vidas. Por otro lado, ya habría recuperado su licencia de conducir y podría manejar en mi lugar, cosa que le encanta y que yo detesto. Y también podría ser mi instructor de esquí personal, mal que mal, él me enseñó a esquiar ese macabro 2001 en las mismas Termas de Chillán, donde ahora nos dirigíamos. Y también porque hacía rato que lo estaba echando de menos.

O sea, las intenciones eran las mejores.
Y, efectivamente, fue un buen viaje.

Y claro, un momento memorable fue la mini cumbre blogger con Oscar.
Oscar, fue un gusto. Muchas cosas que comentar al respecto. Espero encontremos la ocasión para hacerlo.

El tiempo estuvo exquisito, comprobé que mis conocimientos no me habían abandonado, hice ejercicio por mi equivalente a un año, comimos rico, nos reímos harto, en fin.
Lo bueno de esquiar es que me concentro tanto, y me vuelo tanto con el paisaje y el momento, que no queda espacio para nada más. NADA MÁS.
Lejos, lo mejor.

Acabo de llegar de Chillán.
El retorno estuvo medio dramático también.
Es que con A no puedo hacerme la light, hablar del tiempo y de política - obviamente es un decir -. A siempre llega al hueso, siempre toca la fibra. Con él no se puede - no puedo - andar con rodeos.
Al final, terminó diciéndome una pesadez inocente, y yo, atorada por la pelea con mi viejo, empecé a defenderme de un ataque inventado por mi mente con remordimientos y sentimientos de hija culposa tan añejos como mis rollos existenciales, hasta que terminé llorando como una ridícula, acusándolo de estarme siempre criticando, exigiéndome, etc, etc, etc.
PERO no saco - nunca he sacado - nada con hacerme la ofendida o tratar de hacerlo sentirse un gusano. A revierte la situación y la lleva a su justa ponderación, como siempre, haciédome muecas, tirando más pesadeces - pero simpáticas -, hasta que me hace reir otra vez. Y vamos hablando otra vez, que qué pasa, y yo, ya más tranquila, hablando, explicando, liberando la pena, la lata, todas las latas...
Paramos a almorzar. Y A continúa con la campaña "hagamos reir a Pepinot". Diciendo puras tonteras que sabe que yo no aguantaría no rebatirle, sólo para distraerme y que se me pase la tontera. Que el mozo es un torpe, que la vieja guatona del lado, que menos mal que yo no tenía hambre - pedí un lomo a lo pobre -, que se desangraría pagando la cuenta, que me dejaría botada en Talca y que llamaría al "OGRO" o "ex-suegro" (mi padre) para que me fuera a buscar si no me comía luego el postre, etc. Ah, y sin perder oportunidad de restregar algunas pequeñas cosillas del pasado.
Obligándome a hablar, a ver las cosas en su justa medida, pero con humor, sin dramatismos.
Tratando de remecerme, de hacerme despertar. Real y metafóricamente, como diría Saori.
Y yo, finalmente, riendo a carcajadas. Riéndome de mí. Riéndome de él. Riéndome de la vida y sus tonteras.
De sus tontas vueltas. En círculo. O en espiral, como diría Oscar.

Y luego, más serio, que cuales son los planes entonces, a corto plazo, con mi vida, que qué quiero hacer, que bueno, entonces dale, y veamos los detalles, y cuéntame qué más, etc, etc, etc.

Una de mis principales críticas hacia mi padre es que él no reconoce el derecho de un hijo a equivocarse. El considera que, habiendo él dado su opinión - o veredicto -, las cosas deben hacerse según lo que EL considera como sensato, y uno como hijo NO PUEDE desobedecerle, si no, pierde todo su apoyo y se gana su profecía de fracaso a todo lo que sea iniciativa propia, que él considere que es una "locura". Y yo no puedo vivir sin la aprobación de mi padre. Es un rollo sicológico que cargo, siento la necesidad patológica de complacerlo para ganar su aprobación, cosa que codicio más que nada en este mundo para sentirme validada como persona, como profesional, como individuo, como ser humano. Es algo que arrastro como una piedra, algo de lo que no me puedo deshacer aunque finja que no me importa, aunque sepa que me hace daño.
En términos prácticos, esto significa para mí renunciar al derecho a soñar. Renunciar a cosas vitales para mí que él no entiende. Renunciar a A, por ejemplo - mi padre nunca lo aceptó como mi pololo, y, en consecuencia, el rechazo fue mutuo. Si sabe que fui con él a Chillán, ahí si que tendría que empezar a buscar un nuevo lugar para vivir. Y se parecen tanto...

A le da voz a esa parte de mí que reclama su derecho a intentar cosas nuevas, a perseguir los sueños, no temiendo al fracaso. Debe ser por eso que siempre me afecta hablar con él. Siempre termino llorando. Y no de rabia contra él, sino contra mí, por lo pequeña que me siento al lado de una persona que ha sido coherente con su discurso, que enfrenta la vida sin temor, que se ha caido muchas veces pero se ha levantado 800 más. Y ahí está. Alguien que me hace ver que todo lo que uno quiere es posible, si realmente te lo propones. Y que me anima a que, de una buena vez, de mis propios pasos, sin que me importe si al resto le parece o no.
Y sí, envidio su paz. Ese hablar poco, pero lo justo y preciso. Mirar de frente, sin intimidarse ni achicarse ante nadie. Esa sencillez pero con firmeza de caracter. Su claridad. La capacidad de fijarse una meta, trazar un plan, y recorrer el camino. Y alcanzar la meta. O tal vez no. Pero siempre intentarlo.

Ya de vuelta en la carretera, taco en Curicó. Y A gritándole - en broma - a un carabinero que estaba dirigiendo el tránsito, pisando el freno de repente, y yo, adolorida por el exceso de ejercicio del fin de semana, riéndome y acusándolo de maltrato, tortura, violencia sicológica, etc, etc, etc...

Terminamos el viaje visitando el sitio donde se está construyendo su casa. Arriba de un cerro, ni más ni menos. Lo que siempre dijo que haría.
Caminamos largo rato por el sitio con sus 4 perros - pobrecitos, lo echaban más de menos -, viendo cañerías, muros, desniveles, luz, jardín - espinos, cactus, boldos, tunas, eucaliptus -, todo a tono con él. Luego vimos el vivero donde tiene las plantas que pondrá, la tierra de hoja que está preparando, la bodega, los vecinos, la casa de los perros.

Y ya. La pena se había ido.

Y yo sabía que había llegado la hora del adiós, pero no sabía cómo despedirme. Cómicamente, le estiré la mano, en un gesto ridículamente formal, deseándole mis parabienes en su próxima operación - el hueso no soldó y le tendrán que sacar los tornillos y hacer un injerto de hueso en la clavícula.

A tiró de mi mano y me dio un beso apretado en la mejilla. Y yo no pude mirarlo de frente, me di media vuelta y me fui.

Suficiente con nuestras fiestas patrias por este año.

Thursday, September 15, 2005

It's just the way it is

Después de la emoción, viene la calma. La reflexión.
Fue un buen viaje. Ahora veo las cosas mucho más claras.
Quizá no de la forma que yo esperaba, pero se dieron situaciones importantes.
Aprendí algo de lo que, hasta hoy, no era muy conciente: El silencio también puede ser una respuesta muy elocuente.

Aprendí otra cosa, un dicho gringo:
"I got a fork on the road"
Algo así como que te encontraste un tenedor en el camino. Un tenedor tiene varios dientes, bifurcaciones, metáforas de distintos caminos a ser seguidos. Como llegar a una encrucijada.
Time to make a decision.

A mí no me gusta tomar decisiones, las importantes las esquivo hasta que no me queda más remedio que enfrentarlas. Casi siempre forzada por las circunstancias. Algo que me empuja desde atrás. Tengo la sensación de que, si fuera por mí, me quedaría sentada haciendo picnic en el camino, apreciando el paisaje, en lugar de sentir la urgencia de la elección de la ruta a seguir.

Pero hoy tengo más claridad, debe ser porque finalmente tengo más herramientas de juicio.
Suena tan rebuscado, tan estudiado... pero es así. Así funciono yo.

Veo la importancia de ver al otro como realmente es. Y aceptarlo tal cual. O no.
Pero no engañarse. Ni engañar.
La palabra es mi arma favorita, predilecta.
Pero haré ahora del silencio mi mejor aliado.

Y eliminaré las películas de la Meg Ryan de mi repertorio de expectativas románticas.
I promise.

Sunday, September 11, 2005

Llegué

Toy de vuelta.
No se por dónde empezar.
En cuanto a la parte técnica del viaje, todo perfecto. Muy cansador, pero totalmente provechoso viaje. Grandes compañeros de ruta, no faltó ni un ingrediente: suspenso, drama, intriga, acción, conflicto, y kilos de entretención, buen humor e instantes inolvidables. Visitas entretenidísimas a lugares ultra-extra-espectaculares. Y todo con soudtrack de antología. Fotos vienen en camino.

Y... bueno, de lo otro...
Por el momento sólo la foto de algunos instantes:

- Cuando entré en el lobby del Hotel el miércoles en la tarde - como 4 horas después de lo acordado - y lo ví, y me vió... y nos abrazamos.
Energía atómica, como de 8.000 kilotones.
Como en Hiroshima, me debo haber evaporado por algunos segundos. Magic.
Como si nos hubiéramos dejado de ver el día anterior, como si el tiempo no hubiese pasado. Hay un cuento raro con los tiempos reales e imaginarios en nuestra relación.

- Caminar física y mentalmente los mismos caminos por segunda vez. Finalmente las metáforas sonríen con ironía, como me escribieron en un poema una vez.

- Cena en Willi's, jueves por la noche, Healdsburg. Sin guión anticipado, fluyeron mis inquietudes en forma relajada pero certera. Quedé al día. Según Walter, yo soy Carrie (Sex&City).

- Almuerzo en el CIA (no asustarse). Fuimos dos amigos conversando. Me gustó. Me gustó mucho. Oí un par de cosas bastante interesantes y reveladoras, de primera fuenta, sobre la persona que tenía al lado, sobre su historia.

- Llegada a San Francisco viernes por la tarde. Por fin pude llegar a ese mirador desde donde se toman las fotos más espectaculares del Golden Gate. Tan pronto nos estacionamos, empecé a correr subiendo el pequeño cerro. No lo pude esperar, la emoción contenida del espectáculo de esa vista me hizo correr, correr, correr, hasta que estuve ahí, parada de frente a la bahía, en un atardecer nublado, con esa dama blanca - la ciudad de San Francisco - de fondo. Belleza pura. La emoción me subió por la garganta y me empañó los ojos. Fue como un instante puro, absoluto. Se bloqueó cualquier pensamiento/razonamiento, y quedé a merced de los sentidos. Corría un viento congelante, yo muy desabrigada, pero no sentía el frío. Quería hacerme parte de él, con El abrazándome. Los dos parados, mirando de frente ese espectáculo...

- Llegada a San Francisco, bajada por la Lombard Street, luego Columbus, hasta llegar a la Transamerican Pyramid - edificio emblemático de la ciudad. Calles llenas de gente cenando en los cafés, el aire impregnado de aromas deliciosos, las luces comenzando a encender esa maravillosa ciudad, los cable cars circulando libremente...

- Cena en Bacar. Salimos a comer esa noche con un matrimonio amigo mío gringo, que viven por los alrededores. Pasó algo increíble; tuve una revelación sobre la personalidad de Walter. Llegamos antes que nuestros amigos y mientras se desocupaba una mesa, nos fuimos a la barra para pedir un aperitivo. Y yo siempre he tenido una gran curiosidad por saber cual es el gran cuento que tienen los norteamericanos - como cultura, como signo de triunfo, lujo, etc - con los martinis. A mí, personalmente, me cargan - hay miles de tipos distintos, las recetas para cada uno es un arte - y la vez que pedí uno, lo encontré hasta vomitivo. Pero bue, a Walter le encantan y esa noche me propuse averiguar por qué. Los dos pedimos lo mismo. Y yo nuevamente encontré vomitivo el famos trago. Por lo que mi acompañante terminó bebiéndose los dos. AHÍ estuvo lo bueno. Porque el Walter polite y siempre de acuerdo en todo, el que se esfuerza por ser complaciente y de opiniones editadas y políticamente correctas... SE FUE AL CARAJO!!! Increíble... pero no en el sentido del ebrio patético - sólo estaba un poco "pasado" - ni haciendo shows ni escándalo ni nada grotesco... fue sólo un sutil cambio de frecuencia hacia la irreverencia, hacia un sentido del humor y de la ironía - y un sutil asomo de celos! - que me dejaron la boca abierta, sonriendo y poniendo atención a cada uno de sus comentarios. Bromeó con mis amigos, se ridiculizó a sí mismo y a su trabajo, a su procedencia sureña y simple, alejada de las aparentes "extravagancias y snobismo" de los californianos - y especialmente de San Francisco -. Fue como si el switch de la cortesía educada - y a veces rebuscada - se le hubiese desconectado, dando paso a un Walter sin filtros que hablaba y opinaba desde sus reales impresiones y convicciones. ME ENCANTÓ.
Luego me explicó que es porque ante amigos míos compatriotas suyo, siempe se relaja, mis amigos gringos siempre le caen bien y congenia bastante con ellos, y entonces se siente con libertad de poder ser más él, por un tema de temas en común e identidad gringa también. Fue una noche que me dejó millones de reflexiones sobre él, sobre cómo es él realmente y los esfuerzos que hace para adaptarse a mi mundo y a mis costumbres, para tratar de entenderme y sentirse aceptado por mí. Creo que tiene la constante sensación de estar siendo evaluando por mí, para ver si da la talla. Y tiene razón.

Y... conversas en tiempo futuro. Me toca a mí ahora en diciembre.
Y un "te amo" con acento gringo en la despedida del Aeropuerto.
Por eso odio los aeropuertos.
Pero parece que... sip, yo tb lo amo.

PS: Todo sonó muy bien, pero igual hubo por ahí un cuasi ataque de pánico. Qué lamentable, pero bueno. Casi la cago. Casi. Menos mal que no se alcanzó a enterar que estuve a punto de dejarlo botado el viernes por la noche sin forma de ubicarme. No comments.

Friday, September 02, 2005

Ya

El pánico se fue. Y quedé yo y mis circunstancias.
I'm fine. And ready to fly out.
Maleta lista, cd player listo, sólo me falta un libro.

Here we go again.

PPH
PPH