Friday, November 16, 2007

Lo comido y lo bailado

Mi racha de mala suerte por fin parece haber emprendido la retirada, pero no sin antes mandarme un resfriado con romadizo, tos, oídos tapados y toda la cuática, al mejor estilo invernal, pero con el leve detalle que acá ya están cayendo los jotes asados del calor que hace algunos días.
Y resulta que ahora quedé con look "Rodolfo el Reno", una nariz roja y estropeada de tanto sonarme, o sea, lista para Navidad.
Lo bueno es que este finde parto de viaje a mi adorada Universidad a celebrar un encuentro de Ex-alumnos. Todos los años de puro nerd me lo perdía - o no le ponía la suficiente tinca para ir -, pero este año decidí postergar algunos compromisos de pega, me puse de acuerdo con otros personajes, y hoy vamos partiendo en auto hacia el sur.
El sur siempre será mi destino favorito.
La mejor época de mi vida la pasé estudiando en esa ciudad/pueblo, allá encontré mi identidad, creció mi horizonte mental, hice amigos de esos como hermanos, estudié, carretié, me curé por primera vez, me enamoré por primera vez y fui muy, muy feliz.
Eramos tan chicos, tan sanos, tan vitales y alegres... me acuerdo que uno de nuestros pasatiempos era empezar a elevar volantines apenas soplaba esa brisa fresca de septiembre. Cuando carreteábamos, todos nos íbamos y nos volvíamos juntos, cuidándonos; para las pruebas nos ayudábamos entre los distintos grupos; mucho/as pololeábamos con compañeros, éramos como pequeños matrimonios casi viviendo en comunidad, compartiendo lo que los viejos nos mandaban por encomienda o lo que traíamos de la casa de vuelta del finde.
El domingo, en el tren salón que partía de Santiago - qué maravilla, super cómodo, con calefacción/aire acondicionado, coche fumadores, coche bar, te podías tomar una chela en el entrecarro - comenzaba a reunirse la tropa de vuelta de sus hogares. Los primeros subían en Santiago, casi siempre eran los que abastecían de cigarros a discresión; luego subían los rancagüinos, siempre a cargo de la buena hierba; luego en San Fernando nunca fallaba el comestible; a continuación los curicanos con tortas y chelas nunca arrugaban; ya en Talca eran clásicos los enguindados y licorcitos destilados varios; a esas alturas ya recibíamos bien entonados a los parralinos y a los que subían en San Carlos, para finalizar el viaje listos para el sobre.
Debo reconocer que nunca me pude acostumbrar al clima - frío polar en inviernos y calor sofocante en verano -, pero eso era un detalle. La U era un lugar grato y espacioso, que invitaba al estudio, y la ciudad era segura y amable con los universitarios.
Viví 5 años con arrendando una pieza en la casa de una señora que llegó a quererme como una hija. Hace tiempo que no hablamos, desde que nos distanciamos por el incidente ese.

Pasé todos mis años de universidad pololeando; el primer año con el que fue mi primer pololo y a partir del segundo con quien compartimos 6 años y medio de una vida con preocupaciones y objetivos inmediatos en común. Luego, en alguna parte, se me acabó el amor, se cerró una etapa y comenzó otro capítulo en mi vida. Yo diría que ahí comenzó mi vida en serio.

Acabo de recordar por qué evité - inconcientemente al principio - estas reuniones de ex-compañeros. Es que en el desastre que significó lidiar con los restos de ese pololeo de años, tácitamente hicimos la repartija de los restos de lo que fue nuestra relación, y tal vez por un sentido de culpa dejé que él mantuviera preferentemente las que habían hasta ese entonces sido nuestras amistades en común. Renuncié a las explicaciones, que cada uno pensara de mí lo que le diera la gana.
Me hice a un lado y ellos le prestaron auxilio y cerraron filas en torno a su causa.
Me dolió un poco pero nunca me quejé. Eventualmente, los verdaderos amigos siempre siguieron ahí para mí, hasta el día de hoy, aunque yo me hubiese alejado.

A ellos son quienes quiero ir a ver mañana, y contarles de mí y saber de sus vidas. Reirnos otra vez, agarrarnos para el leseo, aterrizar al que se le hayan subido los humos. Sí, mañana será un gran día.

1 Comments:

Blogger Oscar said...

Pero que buen post y que bonitos recuerdos.
Emocionante eso de volver a ver gente con la que compartiste tanto tiempo y especialmente en una época tan llena de vida y ganas.
Saludos.

11:36 AM  

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