Pegada

Hoy llegó "la nueva" a la oficina.
Charlie Brown ya nos había avisado de la nueva contratación, dado el hecho que Ella aterrizaría justo al lado de mi cubículo - que palabra más fea, pero eso es al fin y al cabo - y yo sería quien acusaría el impacto en forma más real, creo.
El caso es que al saberlo, como que me dio lo mismo e incluso lata - yo y mi resistencia a cualquier cambio en mi entorno, si parezco autista -, pero luego de ser testigo del vil saqueo que la semana pasada, previo a su arribo, sufrió su inmobiliario nuevecito de paquete por parte de otro colega que andaba con MUCHAS ganas de renovar su oficina, me dio un poquito de pena por Ella, que ignoraría forever que su rincón podría haber sido bastante más nice, si no fuera por los buitres de siempre. En fin.
Ella llegó hoy con su sonrisa más agradable - ni sobreactuada ni mojigata, bien me parece -, saludándonos a todos y cada uno y haciendo el recorrido de rigor de la mano de Micky, mano derecha de Charlie.
El resto del día, sin pena ni gloria. Ella se dedicó, sin hacer mucha bulla, a interiorizarse de nuestra "estructura corporativa" y los pormenores domésticos de office.
Cambios? sólo notar que ahora mi radio tiene eco, ya que a Ella le gusta tararear de vez en cuando alguna canción. Y un poco de latita porque Pedrito - estudiante en práctica asistente de nuestra office - ya no sólo me ofrece galletitas, juguitos, etc, ni me coquetea sólo a MÍ, sino que a OTRA más... y más encima ahora que estoy a dieta, y tengo que decirle que no a todo, buuuuuuuu...
No me molesta. Me da lo mismo, en realidad. O casi. Creo que no nos toparemos, lo cual me parece bastante bien. Está perfecto para mí, que no soy muy dada a hacerme la amiguera, reclutando amiguis por doquier, para que me acompañen al baño, a vitrinear, o a almorzar.
Ahora que lo pienso, soy bien autista. Paso gran porción del día trabajando sola, contestando e-mails, coordinando por teléfono, haciendo informes, con el único feedback de mi jefe y a veces otro colega. Excepción hecha, claro está, cuando hay reuniones, cenas, almuerzos o seminarios, ahí me cambia el switch automáticamente. Pero ese es otro cuento, es pega, no mi vida social/afectiva.
Me acomoda la soledad, después de todo. La necesito. Qué raro... ahora que lo pienso, en casa también estoy hablando cada vez menos, y mi family se está quejando hace rato de lo poco que pesco.
El otro día le explicaba a mi ex-partner de office por qué echaba de menos a A a veces - según él, A es el hombre de mi vida y jura de guata que estamos condenados al altar -. Según yo, y como diría Charlie García, "porque no hay nadie que mi piel resista, porque no hay nadie que yo quiera ver"... la verdad, ya no me interesa compartir con mucha gente, ni conocer a nuevas personas sólo por el hecho de hacerlo. Ya pasé esa etapa y la verdad es que estar con quien no me va me desgasta tremendamente. Ya no tengo energía ni ganas de editarme ni hacerme la simpática porque sí. Será a eso que mi madre llama "irreverencia"? No se.

Soy así - estoy así -, no más.

Pero, a veces, PASA ALGO MÁGICO.
Como diría otra canción - cebolla, no me acuerdo quién la canta -, me encuentro con "joyas en el barro de la mediocridad".
Por ejemplo, me pasó con los cómplices blogger. Qué bacán. Ustedes saben que no lo diría si no lo sintiera ("con una lágrima en la garganta" sonando de fondo, please).
Y de vez en cuando con alguna otra persona, pero muuuuuuy a lo lejos.
Debe ser por eso también que mi pasado siempre vuelve. Me cuesta muchísimo desprenderme de algunas personas que fueron importantes para mí, aunque la lógica indique que eso, a veces, es lo más razonable y sano de hacer.
No me quejo por estos días. Ha vuelto mi vieja actitud zen en cuanto a no desear nada y dejarse llevar - ok, excepto por el fitness -. Gato me cambió la frecuencia en una forma que no esperaba.

Y hoy supe cual fue el cambio. Fue algo cualitativo.
Es como tener Fe otra vez - lejos lo más difícil para mí.
Fe en que hay algo - o Alguien - que conduce el devenir de las cosas, siempre para bien, aunque no seamos capaces de verlo. Sólo hay que estar lista cuando el momento llegue. Porque siempre llega.

Supongo que no hay cosa mejor en esta vida que el Amor.
Y ciertamente la Esperanza de las cosas por venir nos ayuda a levantarnos cada mañana.
Pero la Fe..., la Fe es el motor. Es saber. Tener la certeza en tiempo presente que te ayuda a disfrutar del ahora, a vivir confiado.

No se por qué ando tan cebolla. Ando contenta de adentro. Super raro.