Esto lo escribí el 07/07/06

Por acá todo anda revuelto, pero bien.
Es bueno no tenerle susto el cambio, o definitivamente muchas ganas de.
Tengo jefe nuevo y, pronto, oficina nueva. Cree que definitivamente echaré de menos muchas cosas - personas, lugares, situaciones -, pero igual no es tan terrible porque estaremos cerca en caso de nostalgia extrema.
Mañana voy a buscar a Mateo. Su padre por fin volvió del viaje y autorizó el "retiro"... pobrecito, se va directo al vetero para que le ponga sus vacunas y demases, y luego, directo a su nuevo hogar... ¿será igual que su madre, que se apega a las personas, lugares y cosas, o será igual que su padre, que nunca echa de menos algo ni parece necesitar de nadie más que de sí mismo? Veremos. Igual creo que va a llorar un poco; era el más mamón de los tres, siempre persiguiendo a su madre y chillando o quejándose por algo.
Mi hermana me tiene happy, anda contenta y se le nota. Yo, extrañamente, ando del mejor humor que he tenido en meses. No se si tendrá algo que ver con que ando desconectada emocionalemente de mi padre. Prácticamente no le hablo, lo saludo apenas. Trato de no topármelo. Es muy raro, me siento más aliviada sin andar pendiente de él. En el fondo creo que es triste, triste para mí, triste para él, pero no puedo ignorar el evidente efecto liberador que esta situación ha tenido para mí. Así no más es.
Ando con una sensación rara. Como que se siento que este buen ánimo se anticipó, como me ha pasado otras veces, a la ocurrencia de algo importante...