Wednesday, March 15, 2006

Pega

Ahora que se me acabó el psico-day semanal, mi yo masoca me ha llevado de vuelta a la oficina de mi antiguo compañero de idem, P. Alguna vez expliqué que nuestra "separación" me supuso una casi crisis durante el tiempo que me llevó acostumbrarme a mi nuevo espacio, ahora totalmente contaminado por las ondas de inteferencia de cuatro personitas más.

No sabría decir si el cambio fue bueno o malo, pero sospecho que significó una evolución positiva para mi yo laboral. Me permitió desarrollar niveles de tolerancia que jamás sospeché que alcanzaría, acostumbrada a trabajar sola o a que casi siempre el entorno se acomodara a mí.

Aprendí, por ejemplo, a tolerar la compañía de un muppet al lado, Joseph, adicto a asomar su cabecita peluda (es que tiene harto pelo y además usa barba) y hablarme con voz sexy, brindándome sus comentarios diarios no solicitados sobre mi look, o jugando al "voy bajando la escala", o modelando su bien torneada panza frente a mi escritorio - también muy amigo de las performance tipo barra de cabaret, entre otras gracias artísticas.

También aprendí a tener provisiones de galletas suficientes para aliviar los ataques de hambre de Jimmy, a cantar con él a coro las canciones - " Jimmy gets hiiiiiiiiiigh tonight..." - que salen de mi radio - la única de nuestro sector, sintonizada por mí, obvio -, a compartir sus alusiones tipo "en nuestros tiempos, las cosas eran..." - como si me sintiera tan vieja y pasada de moda como él -, además de aprender a eludir sus preguntas casi siempre muy personales de la forma más elegante posible, para que no me crea antisocial por no darle a conocer todos los detalles de mi vida privada.

He logrado niveles de superación asombrosos al bancarme las actuaciones humorísticas de Peter, nuestro alumno en práctica finalmente contratado, que incluyen grititos, saludos histriónicos, chistes y misceláneos varios, todo lo anterior tolerado sólo por la candidez, amabilidad, sinceridad, buen humor y grandes cuotas de adulación sincera que nos brinda gratuita y generosamente este personaje.

También he aprendido a compartir mi espacio laboral con otra mujer, Magda, permitiéndome darme una oportunidad para conocerla y comprobar que, no por el hecho de haberme encontrado alguna vez con una bitch que me aserruchó el piso, necesariamente éste será otra vez el caso. Aunque nunca se sabe. De todas formas, ha sido super grato tener a alguien del sexo femenino para hacer algo de Club de Lulú en los breaks matutinos.

Y así como yo he relatado todo lo anterior, supongo que ellos tendrían bastante que opinar sobre mí al respecto. De hecho, ya he tomado nota de algunos comentarios notables que se les han escapado en mi cara:

- "Oye, no se te ocurra hablarle antes de las 11 am, mira saca la garra y te araña...", by Joseph, haciendo alusión a mis evidentes dificultades con el contacto humano antes de dicha hora.

- "No se, nunca me imaginé que tú comieras esa marca de galletas/te gustara esa música/tuvieras esa preferencia", by Jimmy, comentando cualquier conducta mía que no le calce con la "imagen" que tiene de mí... (?)

- "Tú eres SUPER diferente a tus hermanos... como que ellos son más serios...", by Magda, supongo que a raíz de algo que salta a la vista al comparar toda la formalidad de mi familia... conmigo.

- "Señorita Pepinot, cuando recién la conocí, nunca me imaginé que usted fuera así, tan simpática...", by Peter - sinceramente, como que le salió del alma -, creo que a raíz de mi desdoblamiento en persona simpática cuando finalmente entro en confianza con alguien que me cae bien... o simplemente me estaba haciendo la pata UNA VEZ MÁS!!!

En fin, antes, al menos era uno sólo opinando en mi cara. Pero vaya que sí opinaba. Por alguna extraña razón, P se ganó mi respeto, y por ende mi confianza. El problema es que junto con la confianza, vino autorización tácita para opinar sobre mí - yo misma se lo exigí muchas veces -, y ahí vino lo trágico. P es de las personas que creen que para que algo sirva, debe doler, y siempre ha sido super franco y de comentarios y críticas duras. Como percibe que yo soy super sensible a la crítica - muchas veces prefieron no enterarme, desconectarme y vivir en mi mundo -, hace el anuncio de que va a decir algo fuerte, se pone super serio, y lo lanza sin más. OK, es mi culpa, yo se lo exijo, pero igual es duro escuchar ciertas cosas, cuando uno cree que lo está haciendo la raja.

Hoy fue uno de esos días.
Cuando una está acostumbrada a recibir sólo comentarios positivos en su cara, puede resultar impactante darse cuenta que hay montones de actitudes y detalles con los que uno generó mala onda sin querer.
Yo se que la crítica es necesaria, pero vez que recibo una - no muy seguido, a decir verdad - me quedo con una sensación de un combo en la boca del estómago. Y la única persona que me estima lo suficiente para molestarse en aplicarme el golpe, y aún de la forma más delicada posible, es P.

Son sensaciones encontradas las que me genera.

Al respetarlo, me importa su opinión sobre mí. Al importarme su opinión, no la puedo pasar por alto. Se por experiencia que es mucho más fácil mentir piadosamente para evitar conflictos con personas que estimamos, y por lo mismo, soy capaz de darme cuenta de la magitud del gesto - de la labor de joyería - de señalarte delicadamente algo incorrecto que hiciste. Además, se que me lo dice para protegerme de algunas lenguas afiladas listas a disparar veneno con cualquier comentario malintencionado que mis actitudes puedan despertar. Valoro que se haya tomado la molestia, no tenía por qué.

O sea, debo meditar sobre su crítica.
Y agradecer el hecho de que yo sea, probablemente, la única persona en mi entorno laboral que cuenta con un colega y amigo preocupado de que sea no sólo una profesional eficiente, sino que una mejor persona.

4 Comments:

Blogger Oscar said...

uf...
No me cuesta recibir las críticas... Las acepto, a veces me empeloto, me enojo conmigo mismo o con la otra persona (sin que lo sepa) pero siempre escucho y asimilo. Si me las hacen, es pq tienen la confianza para hacerlo. Aunque es muy poca la gente que me las hace...
No soy muy criticón. La verdad es que no tengo mucho tino para hacerlas y puedo terminar hiriendo a la persona a la que quiero mostrar algo, así que trato de evitarlo... aunque me tenga que morder la lengua.

8:06 PM  
Blogger Oscar said...

ah... bien por P. La verdad es que creo que los amigos tienen el deber de corregirte o criticarte aunque duela.
Bien por ti, al recibir las críticas, aceptarlas y preocuparte de mejorar.
Saludos

8:07 PM  
Blogger Pinot Noir said...

Gracias chicos... aunque creo que al final fue incluso más penca para P que para mí; ha andado disculpándose toda la semana y preguntándome si ya se me pasó el enojo. "¿Cuál enojo?", le digo yo... jajaja

Besos

Yop

2:18 PM  
Blogger Willy said...

Al margen de tu situación con P., me gustó mucho la descripción que haces de la gente con la que compartes en el trabajo... no te puedes quejar! te hablan con voz sexy, te cuentan chistes... si hasta cantan contigo, y hacen performances especialmente para ti! (eso de bajar la escala es un clásico... ja ja ja...)

Y más encima, la música la pones tu!... nada mal, despues de todo...

Saludos mushos!

6:15 PM  

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