Monday, January 30, 2006

Lecturas de verano

La playa estuvo muy muy wena, aunque el sol estuvo un poco esquivo y no logré convertirme en Miss Hawaiian Tropic, como es mi gran meta en la vida (sí oh).
Encontré una cabaña con vista inmejorable y a precio módico, con lo que mis aspiraciones básicas quedaron más que cubiertas. En realidad, andaba en busca de mucha tranquilidad, buena vista y sonido sólo de olas, sólo interrumpible de repente por uno que otro cd.
Por suerte el dueño es un franchute, por lo que la decoración, a pesar de ser rústica al máximo, tenía ese innegable toque de buen gusto de esta raza en cuestión. Algo bueno que tengan, además de los vinos, digo yo (sorry Petite!!!).
Al frente de las cabañas, una mini hostería-panquequería con dos hamacas con vista panorámica a los surfistas de turno y al horizonte de nuestro Océano Pacífico, bajo un techo de ramas de palmeras, se convirtieron en mi sitio preferido para desatar mi fiebre de lectora de verano.
Y bueno, aproveché de leer dos libros más de la Marcela Serrano. Decepción total.
Tuve mi primer approach con la Serrano a través de su famoso "Nosotras que nos queremos tanto". Es un libro tan plagado de lugares comunes femeninos que es casi imposible no encariñarse con él.
Luego vino el "Albergue de las mujeres tristes". Las personajes tan esterotipadas me empezaron a despertar anticuerpos como a la mitad del libro. Como que los lugares comunes y las reflexiones densas le restaban protagonismo a la historia - las historias, en realidad. Me dejó con gusto a fome.
Pero lo de este finde sinceramente ya dijo basta. Ahora entiendo por qué está medio retirada, según lei - y dedicada a una boutique o a algo fashion, muy ad-hoc con la sofisticación que parece adorar desde sus personajes más idem -; parece que anduvo estrujando su inspiración, tal vez no así su talento. Abrá que esperar.
En realidad, sus libros parecen más un blog. Con la excusa de escribir una historia, pareciera que pone todos sus diálogos mentales consigo misma en la boca de sus protagonistas. Y lo hace con tanta "voracidad" - palabra que le encanta, la repite hasta el cansancio - que los pobres personajes acaban por ser totalmente indignos de credibilidad, rebuscados, repetidos, planos, predecibles.
Para ser más precisa, este finde me leí "Para que no me olvides" y "Antigua vida mía".
Pasemos a la primera. Casi no la termino de la pura lata que me dió toda esa verborrea existencial. Y eso que la historia - el argumento - prometía. Blanca casi me mata de aburrimiento, al galán poco se le explota, y parece que las amigas tuvieran mucho más que decir de cualquier cosa que los protagonistas.
La segundo salvó con más dignidad. La historia era más entretenida, dos amigas opuestas, dos historias con finales divergentes. Y me dejó las ganas de pegarme un viajecito a Guatemala.

Lo siento por lo escueto de los comentarios, pero no quiero repetirme el aburrimiento de leerlos con el aburrimiento de comentarlos. Además, les dejo la curiosidad, por si alguien quiere leerlos.

Diré más precisamente lo que me terminó de cargar de la Serrano. Deja demasiado plasmados en sus libros todos sus grandes traumas, como si estuviera atorada por todo lo que anhela y no no obtuvo, lo que quiso vivir y no se le permitió, por haber sido hija de una familia bien y muy reprimida por lo mismo, por los ideales que quiso abrazar y la desilusión que le causa la realidad. Y los plasma en estereotipos que repite, novela tras novela, hasta el cansancio:
- La hija de familia bien, buena crianza, vida fome/doble vida
- La rebelde, idealista, que sufre como chancho, looser total, destinada a ser redimida
- Hombres tortuosos o fomes sin mucho cuento
- Intentos de exorcizar insatisfacción/cansancio existencial

Y todas sus historias con el mismo tiempo histórico de fondo - o al menos, una parte importante de la historia de las protagonistas concentrada en él. Y no es que me molesten los traumas ajenas, es su estilo meloso y rebuscado, lenteja, latero, estirado como chicle, rebalsado de metáforas y con artilugios linguísticos que hacen que se pierda completamente el punto. No la creo una fiel interlocutora de la mentalidad - o la mecánica del razocinio - femenina.
Y tal vez ni siquiera todo lo anterior es lo peor, quizá lo que más eché de menos es un poco de sentido del humor, alguna salida ingeniosa a lo Isabel Allende - tan simpática ella, quizá no tan buena escritora como contadora de historias -, que permita digerir con mejor disposición esas reflexiones oscuras, desesperanzadas e intelectualoides que tanto le encantan a esta autora.
Todos sus libros dejan el mismo sabor. Son todos iguales, hechos de los mismos ingredientes, mezclados en exacta proporción.
Si estuviera en su lugar, haría lo mismo que la Violeta de su "Antigua...": abandono mi profesión y me pongo a tejer telares. Al menos, hasta que me lleguen nuevos aires que renueven la inspiración.
Lo siento, qué mala soy. Es que la latosidad fue demasiada para dos bellas tardes de verano en la playa. Pero se de amigas a quienes le encató estos libros que a mí no. Como en casi todo, es cuestión de gustos, supongo. Lo último que he leído y que realmente gocé fue El Gran Divorcio (C.S. Lewis) y Tengo miedo torero (Lemebel) - yo, que nunca creí que podría leer algo escrito por Lemebel.

Por suerte me reivindiqué con las mañanas playeras.
Porque sí, señores, me subí arriba de una tabla de surf (de guata no más, en las próximas clases, veremos).

TO BE CONTINUED

5 Comments:

Blogger Oscar said...

Holas....
no puedes ser tan malita y dejar en el msn y escribir... "Hola, me voy a la playa"...
eso es maldad...
Saludos y que estés bien.
En cuanto a los libros, alguna vez lei a la serrano y fue lo unico y ultimo que lei. A lemebel, lo tengo entre los que vienen, por el momento sigo pegado con templarios, grial, cruzadas y eso.

6:32 PM  
Blogger la petite genie said...

Mmmmmm muchas cosas que decir……primero srta Pepinot…..el vino no es lo único bueno que tienen los franchuter……debo reconocer que son un pqto “spécial”…pero tienen tb muchas cualidades….y una de las mas importantes es el bello idioma que hablan……así es que mejor nos compramos unos pasajes a Francia y lo comprobamos….le parece? jajajajajaja
De tus vacaciones me parece top….creo que salir de la rutina es justamente lo que te hace cambiar el switch…..
No he leído ninguno de los libros que ahí nombras….yo estoy empezando a leer “La Biblia de barro” de Julia Navarro, y debo decir que lo poco que llevo me gusta….espero tener este fin de semana para tirarme al sol a leer y leer y leer….que rico….
Que estés bien.
Chau

9:54 AM  
Blogger dani said...

auch...la marcela serrano...:S

10:09 PM  
Blogger LostCause said...

a mi no me gustan ni la marcela serrano ni la teresa calderón; la isabel allende mmm no sé, la pia barros me cae la raja por q es mas loca que un zapallo, y la verdad es que JAMÁs leería nada de ellas en un verano naranja,

qué haría yo? la verdad es que puro dormir y comer empanadas de camarón-queso, ostión-queso, macha-queso y así traería seisientos kilos a la vuelta y me metería a un curso de pilates porque está de moda y yo quiero ser ondera este año.

un beso niña, quiero salir de vacaciones ya!

pd: el libro del verano, ese que me encanta leer cada año porque lo encuentro demasiado entrete es "el Mundo según Garp", de John IRving, es entretenidísimo.

11:15 PM  
Blogger [ Hródric ] said...

Algún día leeré un libro entero cerca del mar ... hasta el momento no lo he hecho.

1:55 AM  

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