Quisiera ser Pepinot

Tuve el finde que me merecía por no hacerme caso a mí misma.
Y lo que mí misma decía esta vez era que no quería esa compañía ni en bandeja de plata, pero ya, que hagamos el esfuerzo, que no se qué. Que va a ser entretenido, que gastemos plata, que creámonos lindos.
De donde crestas saqué que algo vacío se puede adornar de tal forma que simule un atractivo que no tiene? No se.
Quizá, de creer que a otros les funciona, hice el experimento - conociendo de antemano el resultado porque en ESO SÍ QUE ME CONOZCO - a ver si resultaba. Pero no. No, No, No.
Y me perdono, porque se por qué lo hice.
Pero no me perdono, porque ese desagrado me va a durar y no lo quiero ni me lo merezco. No ahora. Ahora menos que nunca. A ver, hagamos el inventario:

- Mal en la pega
- No persona adecuada a la vista
- Mal conmigo misma
- Resfriada, mal humor

Son muchas cosas juntas. No se ve algo satisfactorio a la vista.
Y estoy hambrienta, necesitada de adentro. Ningún adorno externo podrá suplir eso, lo se tan bien que me muero de rabia por haberme regalado gratuitamente compañías que no aportan, conversaciones de relleno, comidas que no me gustaron, lugares que me desagradaron, andar de acompañante de SHOPPING (qué odio, la peor parte, lejos), con el gran dilema existencial (DE OTRO) si Audi o BMW, mientras una viejita vende flores en un semáforo y OTRO se pregunta que qué hace una abuelita a esas horas en lugar de estar durmiendo calentita en su casa... me pone enferma haber sido parte de eso.

Me carga que me usen para llenar vacíos ajenos de alguien que está tan vacío que necesita de tal derroche de plata para poder suplir su inseguridad y pobreza interior. Que crea que porque el "mercado" le dice que uno es cotizable, esa persona sienta que uno es un accesorio que debe tener para ser así también alguien cotizable para ese mercado del cual "aspira" ser parte. Ser uno parte de todas esas cosas con las que esa persona está tratando de cubrir y maquillar su paupérrima condición personal, porque con eso se reafirma ante el resto.

Vender el alma... primero me muero.

Aunque, ahora que lo pienso, quizá el regalo de este finde fue esa certeza. Porque igual tenía la duda.

Yo no soy el adorno de nadie
Yo no soy la mejor cotización del mercado de nadie
Yo no soy la entretenedora de nadie
Yo no soy el accesorio de nadie
Yo no voy a llenarle el vacío existencial a nadie
No dejaré que me devoren
No dejaré que me utilicen
No quiero nada menos de lo que anhela mi alma

Yo no estoy en el mercado
Yo estoy en mi mundo

Si alguien quiere entrar, que diga la contraseña
Y será bienvenido a compartir lo que soy y lo que tengo para ofrecer

No quiero ser contaminada con toda esa banalidad
con esa pobreza interior
con ese egoísmo
con ese hedonismo
con ese relativismo
con ese cartuchismo
con ese consumismo
con esos convencionalismos sin convicción
con esas mentalidades "aspiracionales"
con ese "pretender ser" por simplemente no poder ser
con ese culto a la imagen

Me gustan las cosas que me gustan
Hago las cosas que hago
Digo las cosas que digo
Pienso las cosas que pienso

PORQUE DE VERDAD CREO EN ELLAS

No porque persiga aprobación/aceptación/amor a partir de ellas
Ya no

La verdad, ni de amigos. Me hace mal. Me hace pésimo.

Estoy tan lejos de las cosas que verdaderamente me importan.
Estoy tan lejos de las personas - a excepción de mi familia - con quienes realmente moriría por intercambiar sólo unas palabras y un abrazo.
Estoy tan hambrienta
Tan apestada
Tan cansada

Aunque algo quedó de este finde. Una película y la música.
Los Coristas.
Ahora me llamo Pepinot.
Sálvenme, please. Me estoy secando.