Friday, July 14, 2006

Al día (14/07/06)

Es que el monitor de mi casa se está muriendo, y ya no puedo escribir allá hasta que se me acabe la tacañería conmigo misma (a veces me pasa) y me compre uno nuevo. Por mientras, desde mi oficina no más.

Mateo ya está en casa.
Mi rutina/vida/prioridades ha cambiado completamente y casi no puedo esperar a terminar mi jornada en la pega para correr a casa y verlo.
Es increíble la cantidad de información que se puede absorber en super corto tiempo cuando de veras uno está motivado por aprender. He leído cada cosa que he encontrado en Internet sobre los Rottweilers, estoy adicta a la tienda de mascotas y ya tengo aburrido a mi vetero amiguis con tantas preguntas sobre alimentación, vacunas, entrenamiento, etc, etc, ETC, ETC, ETC, ETC...

El sábado pasado fui a buscarlo. A no estaba, pero había dejado instrucciones para que me entregaran a Mateo. El, sus hermanos, su madre y todos sus tíos estaban al cuidado de una familia joven que viven en el sitio. Cristián y su señora se preocupaban de alimentarlos, y Tamara, una enana exquisita de 4 años, gozaba jugando todos los días con los cachorros.
Yo sabía que estaba encariñada con Mateo desde el día que fui a conocerlo y le puse su collar (era imposible no hacerlo, era el más sociable de los tres), por lo que también me temía que le diera mucha pena cuando me lo llevara. Así que le llevé un perrito de peluche de regalo de parte de Mateo, para que se acordara de él sin echarlo tanto de menos, y unos lápices de colores de mi parte, para que dibujara hartos perritos y demases, y se entretuviera en estos días invernales cuando no pudiera salir a jugar afuera.
A continuación, subí a Mateo al auto y lo llevé directo al vetero para sus inyecciones y desparasitaciones. Pero primero, a la pesa.

6 kilos a los 2.5 meses!!!

Toda una mole... luego, finalmente llegamos a casa.
Ese día estuvo sin mucho ánimo, supongo que se sentía incómodo, cansado y solo, sin su mamá ni hermanitos. Comió poco, tomó algo de agua, pero tenía frío. Anticipándome a ello, yo le había comprado un guaterito de goma, y cuando se hizo de noche, lo acosté en su camita a los pies de la cochera. Cuando el frío ya me tenía agarrotadas las piernas, me atreví a dejarlo solito para que pasara su primera noche.
Me acababa de acostar cuando sentí unos ladridos y luego un llanto canino. Salí disparada y lo encontré asustado porque la Adela y el Pato (los otros dos integrantes caninos de nuestra familia) lo habían echado de su camita... no resistí y me lo llevé a mi pieza, le puse una mantita encima de mi cama y ahí lo puse para que durmiera conmigo. Es que había notado que, cuando lo estaba haciendo dormir en su camita, lo que extrañaba no era tanto el calor como el contacto físico que seguramente tenía cada noche con sus hermanitos al dormir, todos amontonados unos arriba de los otros... necesitaba algún contacto físico que le diera confianza y amor.
Esa, se supone que ahora, soy yo.

3 Comments:

Blogger dani said...

andale!, ya lo malcriaste! jajajaja...
debe ser toda una experiencia tener un bb rotweiller!!:P
suerte!

9:26 PM  
Blogger Cristy said...

jajaja...que riiico...dormir acurrucadito.....la mal acostumbrada serás tu en un rato más..

3:04 PM  
Blogger Oscar said...

me emocioné con el relato...
Parece que mateo te tiene muy revolucionada...
Saludos.

6:12 PM  

Post a Comment

<< Home

PPH
PPH