A cuerpo de reina
No podía sentirme de otra forma.
El Park Hyatt Mendoza realmente es un pequeño paraíso hedonista, uno que se agradece especialmente luego de 3 horas de espera para un vuelo de 40 minutos, seguido por otra hora de espera en la enervante fila para la aduana de "El Plumerillo", seguido a su vez por otros 45 minutos que toma el trámite del arriendo de un auto, el cual finalmente estaba con un octavo de estanque - en lugar del estanque lleno -, que a duras penas alcanzó para llegar a la ciudad y encontrar una bomba y cargar la "nafta".
Todo ello luego de haberme levantado dolorosamente a las 5 am.
En fin.
La bella recompensa fue espacio y diseño.
En ese orden.
1 Comments:
vidita de alguna gente...
:P
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