Saturday, August 13, 2005

Tiempo de crecer

Esta semana estuvo wild.
La verdad es que había escrito otro post, pero luego me arrepentí y lo saqué. Era sobre algo que me preocupaba, pero ahora hay otra preocupación mayor.
A mi viejo le salieron mal unos exámenos y tendrá que operarse, de aquí a un mes. Es un quiste maligno. Podría llegar a ser algo más serio.
Algo como cáncer.

Esta semana había estado tan ida, tan sumergida en mis tonteras, que hace rato que no le daba su medio minuto a mis padres. Hasta que mi madre me persiguió anoche hasta el pc y yo, con mi mal disimulada cara de lata me apresté a escucharla ejecutivamente... y me cuenta lo del examen de mi viejo... se le llenaron los ojos de lágrimas y yo, como siempre, traté de minimizar el hecho y restarle dramatismo, cuando la verdad era que aún no alcanzo a pasar el shock de la noticia.
En mi mente, yo ya me había puesto en este escenario - enfermedad grave de uno de mis viejos - varias veces. Pero no estoy ni remotamente preparada para ello.
En términos generales, yo siempre he sido fuerte, conservo la calma ante las crisis, sirvo de apoyo a otros cuando así lo requiere el caso, en forma rápida, oportuna y eficiente. En esos momentos críticos, una parte de mi se desconecta y quedo con piloto automático. Hago lo que tengo que hacer, sin preguntas ni demoras, y me hago cargo de la situación.

Por lo mismo, lo que está pasando me ha obligado a una reflexión profunda, a recordar ciertos compromisos adquiridos conmigo misma.

Yo he tenido total libertad para decidir sobre hitos importantes en mi vida sin presiones, con mucho apoyo de mi familia.
He trabajado, dejado pegas, pololeado, viajado, vacacionado, comprado, peleado, arreglado, soñado, etc, ec, etc a mi entera discresión.
Pero, hará un par de años, hice un trato conmigo misma.
Y el trato era que si al cabo de un tiempo razonable - creo que en mi mente fijé los 30 años - no encontraba el hombre de mi vida, no me casaba aún o no encontraba el trabajo/oficio/negocio perfecto para mí, abandonaría la búsqueda y asumiría mi responsabilidad en la empresa familiar.
Yo he eludido esta cuestión por años. Son incontables las personas que le han preguntado a mi viejo - y a mí misma - por qué yo no trabajo con él, si se supone que - por muchas razones -, yo soy la sucesora natural, la persona QUE DEBERÍA ESTAR AHÍ. Es una de las grandes trancas de mi vida. Siento que le he fallado, que no he cumplido con mi rol como parte de esta familia.
Yo he tratado de subsanar la situación en parte, pero se que no ha sido suficiente. Se que se requiere de algo más que ayudas esporádicas para cumplir. Se que se necesita de un esfuerzo más serio. Se que el tiempo pasa y mi viejo tiene más años, y la necesidad de un relevo se hace imperiosa. Es más, se exactamente lo que se necesita hacer en cuanto al tema.

Pero es que no quiero.
No me gusta.
Me amarraría.
Me complicaría.
Me absorbería.
Me tragaría.

Pero y ahora?
Qué va a pasar ahora, si mi viejo definitivamente tiene que retirarse del escenario por un rato?
Voy a dejar que el esfuerzo de toda una vida, que nos ha dado de comer, vestido, educado y mimado, se vaya al tacho de la basura sólo porque a quien, se suponía, debía hacerse cargo, le dio lata? o quería seguir persiguiendo el éter, negándose a crecer y a asumir alguna responsabilidad en su vida, por una bendita vez?

Si las cosas salen según lo planeado, yo no estaría aca cuando operen a mi viejo.

Estaría... cruzando el Golden Gate, en San Francisco...
pero... me sentiré igualmente feliz de estar allá, sabiendo que mi padre estará en la sala de operaciones, operándose de un quiste maligno, habiendo la posibilidad que se encuentren con algo aún peor? y mi mamá, asustada, sola - bueno, con mis hermanos, pero que para estos casos son un consuelo y apoyo emocional bastante escuálido -, triste, con penita?

Qué pasará con mi historia con Walter? qué le diré ahora?
El sabe lo que a mí me pasa con mi familia, con el tema de mi viejo. El sabe del compromiso que me autoimpuse, yo se lo dije claramente cuando vino a verme en febrero...

Qué ironía. Todo junto. Todo ahora.
El tiempo de soñar se acaba.
Es tiempo de madurar, cerrar etapas. Definirse, tomar decisiones.
El tiempo es finito. Nos obliga a optimizar la búsqueda de caminos.

En mi mente ya hay plazos.
Walter, tienes plazo hasta enero 2006.
Trabajo soñado, tienes plazo hasta mayo 2006.

Lo anterior, sólo si la operación de mi viejo sale bien en septiembre.
De lo contrario, se cierran ambos capítulos para siempre y manos a la obra.

It's fair enough. Mi viejo y mi familia se lo merecen.

1 Comments:

Blogger dani said...

pepinot,es complicao cuando esos plazos se empiezan a terminar y llega el tiempo de algunas verdades y de tomar responsabilidades que a veces no queremos asumir -por diversas razones-
sin duda la edad o salud de nuestros padres muchas veces nos lleva a tomar conciencia que el tiempo es finito,asi como tu lo dices, y que no se puede estar en busca de sueños toda la vida.
ánimo, y suerte con lo de tu papá!
PD: que bien q ya tengas visa ;o)
PD2: grxs por el dato de vinos en la web ;o)
bsos

5:10 PM  

Post a Comment

<< Home

PPH
PPH