Feliz Cumpleaños

Si mi mejor amiga estuviese viva, hoy estaríamos celebrando su cumpleaños número 31.
En lugar de eso, le compré una rosa roja - sus favoritas - y se la voy a pasar a dejar hoy al cementerio, cuando salga de la pega.
No voy a decir que hoy ando feliz de la vida - empecé a llorar el domingo en la noche -, y me doy cuenta de lo mucho que me hace falta, pero aún así llamé a primera hora a su hermana gemela para darle el más alegre saludo de cumples y ponernos de acuerdo para una tremenda celebración este viernes.

Ella habría estado feliz, lo se.

Anoche me probé su anillo y miré sus aritos preferidos. Los tengo guardados dentro de una cajita redonda de género azul, con la tapa pintada a mano, que una vez le regalé para uno de los 22 cumpleaños que alcanzó a cumplir. Su hermana me los regaló el día de su funeral. Me dijo que eran sus preferidos, que ella quería que yo me quedara con ellos.

Mientras abría la cajita y me probaba el anillo, reparé en un portaretrato que estaba en la repisa justo detrás de la cajita. Era una foto de nosotras dos en una fiesta de cumpleaños en el kinder, cuando teníamos 4 años. Ella usaba el pelo super corto, con un chaleco blanco y unos pantalones azules.
Siempre se disfrazaba de conejo para las fiestas del kinder.

Ella quería ser abogado.
Ella quería un pololo regio, inteligente y socialmente brillante.
Ella quería divertirse un poco.
Ella a veces decía que quería que pasara algo entretenido.

A veces siento que mi vida se ha tratado sobre ser feliz el doble, por las dos.